Adopción
Dentro del mundo de la adopción, a parte de la formación a personas que optaban por esta vía de paternidad, he podido trabajar durante más de 15 años en mi consulta con los padres antes y después de la adopción, revisando sus expectativas y su deseos y conocimientos acerca del mundo de la adopción. También he trabajado con el niño adoptado y su familia tras realizarse la adopción. Conozco muy bien todo el proceso largo por el que pasan los padres adoptantes antes de poder ver a sus hijos, y la ansiedad y el desasosiego que la espera de la llegada del hijo suele suponer, así como el mundo de la postadopción y las dificultades que pueden surgir en la vinculación padres-hijos.
Cada familia es única, y cada padre tiene diferentes sentimientos y experiencias. Sin embargo, hay experiencias y sentimientos que muchos padres adoptivos tienen en común. A continuación expongo algunos puntos comunes a toda adopción:
El impacto de la decisión de adoptar
Existen muchos factores que pueden influir en el deseo de adoptar, entre ellos infertilidad, alguna enfermedad, la religión o una conexión sentida con respecto a un niño necesitado de un hogar. Sin importar las circunstancias, la decisión de adoptar está a menudo cargada de emoción.
Las familias, parejas e individuos que deciden adoptar deben pasar siempre por un riguroso proceso de evaluación que fomenta la auto-reflexión y consideración sobre sus motivos para querer adoptar, así como también las expectativas sobre el niño, la experiencia de crianza y la vida familiar. Es particularmente importante ser consciente de las propias expectativas, pues las investigaciones han demostrado que las expectativas poco realistas o insatisfechas a menudo juegan un papel en la disolución de una adopción.
El impacto del proceso de adopción
El proceso de adopción puede parecer difícil de manejar. Cada país tiene sus propias leyes que rigen la adopción, y las adopciones internacionales están sujetas a reglamentos adicionales. Estas leyes están diseñadas para proteger los intereses del niño y de todos los miembros del triángulo de adopción antes de que los padres biológicos decidan colocar a su hijo en adopción. Por lo tanto, es normal que los futuros padres adoptivos a veces se sientan vulnerables e impotentes.
Durante el proceso de adopción, se toman decisiones cruciales que pueden ser tanto emocionante como estresante al mismo tiempo. Se tomarán decisiones sobre el tipo de adopción; si se quiere o no trabajar con una agencia (ECAI) y de ser así, cuál; y cómo responder a una posible colocación de un niño o varios niños en particular. El proceso del estudio del hogar (o la Entrevista de Valoración) puede parecer intrusivo y puede hacer resaltar asuntos emocionales que no se han abordado plenamente, tanto en pareja como individualmente. También se pueden experimentar largos tiempos de espera y pueden tener que enfrentar resultados inciertos. No es inusual sentirse ansioso sobre el proceso y tener dificultad para continuar con su rutina cotidiana.
Una buena ECAI y trabajador social pueden ayudar a gestionar el proceso de adopción y dar orientación para las decisiones y el aprendizaje durante el transcurso del proceso. Algunas ECAIs conectan a los futuros padres adoptivos con grupos de apoyo para aquellos en espera de adopción, o con terapeutas que pueden ayudarles durante el periodo de espera.
El impacto de la crianza
Para muchos padres adoptivos, completar el proceso de emparejamiento con un niño y colocación en adopción significa que la fase más difícil ya pasó. La mayoría de los hijos adoptivos se establecen bien con sus nuevas familias, y la gran mayoría de los padres adoptivos se sienten satisfechos con su decisión de adoptar. Ahora bien, acostumbrarse a la paternidad o al “periodo post-adoptivo” puede presentar sus propias dificultades para los padres. En algunos casos, surgen problemas relacionados con la adopción mucho después de finalizada la misma, y los padres podrían no estar preparados para los asuntos que pueden presentarse durante sus vidas como familia adoptiva. Algunas causas de estrés son los mismos tipos de desafíos que todas las familias—tanto biológicas como adoptivas—enfrentan. Sin embargo, existen otras posibles causas de estrés que son únicas a la adopción, y se recomienda que los padres adoptivos estén conscientes de estas posibilidades.
La depresión después de la adopción
Después de meses o años de anticipar la paternidad,
la emoción de la adopción en sí puede dar paso a un sentimiento de “decepción” o tristeza en un pequeño porcentaje de padres (Foli, 2010; Senecky et al., 2009).
Al igual que la depresión posparto, y ocurriendo a la misma tasa, la depresión post-adopción puede ocurrir durante las semanas después de la finalización de la adopción. Las realidades de la paternidad, incluyendo
la falta de sueño (para los padres de bebés o niños con problemas del comportamiento o del sueño) y el peso de las responsabilidades paternas pueden ser abrumadoras. Los padres podrían tener dificultades formando lazos afectivos con el nuevo niño y podrían cuestionar sus habilidades de crianza. Es posible que también estén indispuestos de admitir que hay algún problema luego de tan largamente esperada adopción.
En algunos casos, estos sentimientos se resuelven por sí mismo a medida los padres se ajusten a su nueva vida. Si estos sentimientos duran más que unas pocas semanas o interfieren con su capacidad de criar a su hijo, el apoyo de otros o ayuda profesional (con un terapeuta con experiencia en asuntos de adopción) podrían ayudarle a resolver los asuntos que están ocasionando la depresión y a volver a asumir el papel de padre/madre con más confianza
Identidad
La adopción es un evento de vida que cambia la identidad de todas las personas involucradas. Para muchos padres adoptivos, este cambio de identidad significa la realización de sus deseos de ser “mamá” o “papá”. Sin embargo, a veces los padres adoptivos se ajustan lentamente o se preguntan qué expectativas acompañan sus nuevas identidades.
Los padres adoptivos no se “sienten” como padres, aun después de completar la adopción. Algunos se preguntan si de verdad tienen derecho de criar a su nuevo hijo. O, después de años de mantener sus deseos de ser padres bajo control, les es difícil aceptar por completo la paternidad o creer que son realmente padres como otras personas lo son. Los padres incluso pueden preguntarse por qué no aman a su nuevo hijo de inmediato o se preguntan si aman a su hijo lo suficiente.
Para algunos padres, existe un momento crítico cuando se sienten como “mamá” o “papá” por primera vez (por ejemplo, la primera visita al doctor, inscripción escolar, la primera vez que el niño dice “mamá”). Para otros, es la rutina cotidiana de cuidar del niño y la creación de lazos afectivos lo que lleva a la auto-identificación como padre o madre del niño. Como quiera que esto ocurra, la gran mayoría de los padres pueden eventualmente superar sus sentimientos de “no merecer” o de “no ser capaz” de criar a su hijo. Se sienten cómodos en su nuevo papel, aceptando la responsabilidad y reconociéndose y sintiéndose con pleno derecho a criar a su hijo.
Sentimientos sobre los antecedentes y la familia biológica de su niño
Independientemente del tipo de adopción, otra fuente de preocupación para los padres adoptivos suele ser la familia de origen del niño y sus antecedentes pueden impactar los sentimientos de padres adoptivos sobre la adopción.
El impacto del trauma durante la niñez
Los padres adoptivos a veces se sorprenden cuando su hijo exterioriza o continúa teniendo problemas resultantes de experiencias en su pasado aun después de finalizada la adopción. Este comportamiento puede señalar que su hijo está experimentando trauma—una reacción emocional a un evento intenso en el pasado del niño que lo hizo sentir amenazado o le causó daño físico o emocional. En muchos casos, los niños se recuperan rápidamente de las experiencias traumáticas sin ningún daño duradero. Sin embargo, en algunos niños, el trauma que han sufrido interfiere con un desarrollo normal y puede tener efectos a largo plazo.
Si el niño adoptado tiene algún antecedente traumático, es importante mantenerse atento a las posibles señales de su impacto. Si existen lagunas de información en el historial del niño, los comportamientos difíciles pueden ser señales de trauma y pueden indicar que el niño necesita una evaluación.
Algunos niños adoptados del sistema de cuidado de crianza pueden exteriorizar o comportarse mal a fin de inducir sentimientos de rechazo, ira, dolor y abandono en sus padres. Este comportamiento difícil en realidad puede indicar que el niño se siente lo suficiente cómodo con los padres como para comunicar sus verdaderos sentimientos. Si esto ocurre, los padres deben prepararse para su propia respuesta, modelando comprensión y reacciones apropiadas.
Criar a un niño que ha experimentado trauma puede ser difícil. Los padres a veces se sienten aislados o que nadie más puede entender lo que están pasando. Pueden sentir frustración o hasta resentimiento hacia su hijo. Algunos padres empiezan a dudar de sus capacidades para criar a su hijo y se preguntan por qué no pueden arreglar la situación que se está dando. Esto puede crear tensión no solo en su relación con su hijo, sino también con otros familiares (incluyendo a su esposo/a o pareja). Aprender acerca de las experiencias del hijo también puede provocar algo en los propios padres adoptivos si también tienen antecedentes traumáticos. Es especialmente importante que se tomen tiempo para enfocarse en su propio cuidado y sanación.
La adopción es un compromiso de por vida, y problemas relacionados con la adopción pueden surgir en cualquier momento de la vida de los padres o de sus hijos. Es importante tener una actitud de aprendizaje sobre los problemas y buscar el apoyo preciso.