Me convertí en profesional de la psicología porque desde siempre he querido apoyar a las personas que sufren ayudándoles a transformar sus dificultades en crecimiento personal así como acompañándoles a descubrir sus virtudes latentes. Llevo más de veinte años haciéndolo. Y a lo largo de este tiempo he trabajado con muchas personas, parejas y familias. Ninguna persona es igual, esto significa que ninguna sesión de terapia será igual. Una cosa que se mantiene en todas las sesiones es el entorno seguro que creo para que puedas explorar y crecer. Estoy aquí para mantener tu historia y actuar como un ancla a través de tu tiempo de exploración. Mi intención como terapeuta es mirar con respeto tu historia y tus heridas contigo a un ritmo que te parezca adecuado. Debo admitir que no tengo miedo a las heridas, pero, como tu acompañante, nunca te pediré que vayas a lugares en los que no te sientas seguro/a.

He tenido la fortuna de formarme con profesionales como Richard Erskine, Francine Shapiro, Pat Ogden, Albert Bandura, Dr. Bessel A. van der Kolk, Mario Salvador, Carmen Cuenca, Christian Fleché, Eugenio Garrido, José Navarro Góngora y Félix López, entre otros. También he hecho mucho trabajo personal y he ido a terapia cuando lo he necesitado. Esto me permite, contener el dolor de las personas sin huir, sin condenar. Lo contengo el tiempo necesario hasta que él mismo, con la ayuda necesaria, se va trasformando.

Como terapeuta, soy cercana, empática, paciente y tranquila a la vez que asertiva y directa. Puedes esperar que te escuche atentamente y te ofrezca reflexiones. También notarás que espero dejar que me guíes al material en el que te gustaría trabajar, aunque cuando estés perdido, te haré las preguntas para ayudarte en tu camino. Espero crear un ambiente seguro para que me hables de todo aquello que necesites. Cuando le digo a la gente que soy psicóloga y que trabajo con trauma, duelos, ansiedad, depresión, disociación, imaginan que mi trabajo es duro o “traumático”. Pero nada más lejos de la realidad. Y esto es así gracias a la capacidad que cada persona tiene de procesar. Cuando se trabaja con ciertas terapias nuestro poder de auto-curación se estimula y los cambios van apareciendo. La persona empieza a dormir mejor, lo que le molestaba ya no le molesta, va estando menos depresivo, va habiendo cambios en varios sentidos, como sentirse con más vitalidad o empezar a disfrutar de los diferentes colores que tiene la vida y esto es muy gratificante, tanto para el paciente como para mi. Es un proceso que lleva tiempo, paciencia y compromiso. Como terapeuta al ver estos cambios, lejos de ser traumático, me resulta gratificante. Por ello, disfruto enormemente de mi trabajo y me siento afortunada y honrada por poder acompañar a las personas que depositan su confianza en mí.

Aunque vivo en Barcelona, gracias a los avances tecnológicos, mi práctica está donde la persona me necesite. Podemos hacer terapia a distancia, con vídeo conferencias. La terapia a distancia puede ser una excelente solución para quienes de otra manera no buscarían ayuda, para quienes no encuentren un psicólogo especializado en su tema en el lugar donde viven o para aquellas personas con una agenda apretada.

¡Espero hablar contigo!